Haber sufrido diferentes lesiones como deportista de competición en el mundo del tenis,
me llevó a formarme como fisioterapeuta, para ayudar a otras personas a recuperarse de sus lesiones.
Tras 5 años trabajando en un centro de fisioterapia y estética,
decidí abrir mi propio centro y complementar los servicios de fisioterapia con los de estética.
Y así surgió Ana Laguardia Fisioterapia y Estética.
Mi objetivo es solucionar y mejorar la salud con la fisioterapia,
perfeccionar la belleza con la estética y dar un trato personalizado que te haga sentir como en casa,
con el fin de hacer pasar al cliente una experiencia agradable, como valor añadido al propio tratamiento.